miércoles, 21 de octubre de 2015

En memoria de Félix Durana

      Este fue mi marido, Félix Durana. Ha muerto este año de 2015, el 29 de abril, a los 85 años de edad de neumonía. Su vida fue triste y a oscuras, quedó ciego pocos años después de su jubilación y vivió a oscuras más de veinte años, no lo superó nunca y tuvo una triste muerte por dicha causa, pero fue cuidado hasta lo imposible por sus hijas, ayudantes en sus últimos meses y por mí, aunque soy muy mayor, casi seis años más que él; por lo demás tuvo autonomía propia para defenderse en casa sin ayuda, pues fue autosuficiente siempre que pudo, hasta cinco meses antes de su muerte, que se despistaba y había que ayudarle a encontrar su lugar y eso le hizo perder salud y confianza en sí mismo, produciéndole una gran pena.
   Fue una gran persona y un trabajador formidable toda su vida por eso un relato publicado en CUENTOS Y RELATOS en 2012, se lo dediqué a él; se titula: ¿PODRÍA HABER SIDO UN HÉROE?  Y ... SI LO FUE


 LA VALÍA DE UN HOMBRE SENCILLO

Y el hombre siempre en su sitio,
en su vida, que es lucha;
en su trabajo, que es brega;
en su tierra, que es dolor
porque en ella plantó su ilusión.
Es su paso donde pisó,
aunque sus huellas nadie las vea
y se borre la simiente que plantó en ella.
Es su vida, donde nació,
y en ella sus antepasados enterrados fueron
 y como él, en esa madre tierra nacieron;
en ella trabajaron, lucharon y murieron,
aunque fueran apagados, sencillos e ignorados
como los labriegos y obreros antaño,
y como estos hombres de ahora, su tierra amaron,
con su trabajo la engrandecieron y la formaron
y es como hoy es, aunque su esfuerzo
ni agradecido ni engrandecido sea,
solo las marcas de los grandes hombres cuenta.
Pero el hombre cualquiera siempre estuvo en su sitio
y es su hombría, su lucha y tenacidad
lo que enterrado queda en la tierra.
y son sus cantos, su txalaparta y sus irrintzis
lo que emerge, suena y su eco aún retumba
y es la valía de los hombres cualquiera.




HERCULES DE HOY EN DIA


Arrogante y grande, EN VÍSPERAS DE UNA EMINENTE
Hércules de carne y hueso CEGUERA
descansabas  en la playa
del trabajo tirano y fiero (Dedicado a mi esposo)
de la forja del mañana En la habitación de un hotel
en la cadena de los días;
procesión de un rosario en vida Estoy en un charco.
que desde niño arrastrabas No, en un mar.
agarrotando tu ansia fervorosa No, en una isla.
de carne libre, no de forja, No, en una marisma,
que hoy se recrea en la playa, y es sólo en una habitación.
hombre de tierra adentro nacido.
En concreto ¿dónde estoy?
Hércules de carne y hueso ni lo se ya.
grande fuiste por tu esfuerzo, Seguramente en un lugar
grande es tu labor en vida; fuera de órbita,
por ser grande tu persona fuera de espacio,
tienes sombra alargada fuera de lugar
en la arena de la playa navegando sin parar,
que agranda aún más tu figura por no chocar en el muro
dándote autonomía propia, que ciega tu visualidad.
de libertad no de forja.
Y sin embargo estoy aquí
A tu lado arrogantes retoños presente y tangente
que tú labraste con tu carne, en un hotel intrascendente,
con tu esfuerzo su destino les abriste, en un punto que no es mío
igual que a los hierros retorciste que sin embargo me ata
y formas para máquinas les diste como si mío fuera,
es tu obra de la vida, las que hoy formando un círculo
a tu lado se broncean. que está en mí y en él, la víctima.
En él más que en mí,
Hércules de carne y hueso que está dándole vueltas,
altanero y musculoso entornándole, como cerrándole salida.
tu sombra estilizada y firme
en la arena de la playa se alargaba. ¡Ay, ceguera ciega! tan obstinada
Es tu obra de la tierra ¿Hasta dónde llegas?
lo que tanto expandía tu figura. ¿a divisar sombras o a la nada?
en la arena de la playa, ¡Ay, ciega ceguera! ¿A dónde vas?
que a tu lado se rendía. A destruir una montaña de carne humana
¿O, la montaña, al fin, vencerá al mal?
Hércules de hoy en día.
es tu obra de la tierra Barcelona 27-2-94
lo que tanto relucía.

20-8-74













lunes, 9 de febrero de 2015

Mi historia de cómo llegué a ser escritora y poeta si es que he conseguido serlo


     "Este escrito sirve para un comienzo de una que quiso ser escritora y no se atrevía a comunicarlo por vergüenza a que me dijeran que no estaba preparada para ello y escribía casi a escondidas; ellos ya lo sabían y nunca me dijeron nada, solo de vez en cuando mi padre me daba consejos, como quien no quiere la cosa y yo los cogía al vuelo y procuré aceptarlos. Entre algunos eran: que no pusiese nombres de gentes conocidas, porque les podía caer mal y enfadarse; que no me metiese en política ni con la religión, que era peligroso, ni meter a Dios en mis escritos, que era como hacerle como partícipe de lo que contaba.

     Mi padre, que me hubiese podido ayudar mucho, porque como digo era un intelectual a tope y fueron las lecturas de las grandes obras que el compraba los que fueron, se puede decir mis incitadores, porque muchos años después pusieron alas en mis deseos y ya no los pude eludir, y aquí estoy a los noventa años tecleando en el ordenador, para terminar esta clase de curriculum de mis estudios sobre escritos, por motivo de mi vocación que no la llegué a relegar a pesar de mis fracasos o caídas y de todo me he levantado. Y la historia de mi ostracismo tímido y cobarde, de mis primeros pasos en las letras y de siempre, porque con lo que se nace arraigado con ello se muere, aunque hayan cambiado las formas y la manera de actuar ante ello sin perder las formas o sea lo más civilizadamente posible".

     Esta es una parte del comienzo de mi historia; la reflexión entera se encuentra en el siguiente enlace: Mi historia de cómo llegué a ser escritora y poeta si es que he conseguido serlo




Mi hermana Otilia escribiendo 
en la sala de Juan II nº 5 
(ACUARELA) 1952 
Hoy en día es escritora 
JIMENO MATEO


HOMENAJE A MI PRIMERA OBRA ESCRITA Y TITULADA:
"LA CASA DE LOS CHOPOS"
(Novela 1947-1954)

Fue mi estudio y mi iniciación en las letras, con la que me creé a mi misma y con ella aprendí lo poco que ahora sé y su comienzo fue en el año 1947; fueron 7 años de aprendizaje, lo que me costó realizar la obra, sola y con la sola ayuda de un manual y obsoleto diccionario para solventar mis dudas, debido a mi timidez y mi cobardía para pedir consejo a mi padre, que hubiese sido un buen maestro; pero me temía, temía a mi cobardía, antes expuesta, que me hiciera renunciar a mi obra ante mi suma ignorancia que yo misma reconocía, y cejada en mi empeño de proseguir en mi lucha con las letras y mi decisión de afrontarlo en aquel deseo o vocación que durante años me acuciaba, lo intenté casi a hurtadillas, constituyendo esta obra estudio, que yo entonces lo consideraba definitivo, mi base para mi futuro que yo pensaba podría ser aceptable.